De revoluciones editoriales

26 enero 2011

Leo, con una mezcla de asombro y horror, el artículo que dedica hoy El País a Julio Jaime Salinas, que al parecer ha debido morir hoy, o ayer, o hace poco.

Asombrado porque se tilde de revolucionaria la introducción del concepto de libro de bolsillo en España. ¿Desde cuándo es revolucionario aplicar una idea que lleva años funcionando en un mercado similar?, ¿también fue un revolucionario el primer tipo que decidió vender ordenadores personales en España?, ¿alguien se acuerda de él?, ¿por qué el mundo del libro es diferente?

Horrorizado porque, realmente, el mundo editorial se cree diferente. Se creen que pueden mantenerse alejados de la realidad y regirse por reglas diferentes. Por eso elogian algo que, en cualquier otro sector sería de sentido común y objeto de crítica hacia los que no tuvieron la agilidad suficiente para dar el paso.

El sector editorial español es endogámico y está sobreprotegido; ¿cuánto tardará en surgir de su interior un "revolucionario" que entienda que los ebooks no son, curiosamente, una revolución sino el siguiente paso lógico?

Hace ya 6 años que Chris Anderson publicó en Wired su artículo The Long Tail, que explica el éxito de Amazon y Netflix en base a un modelo de mercado nuevo y hay gente que todavía no se entera.

La evolución se ve fácilmente en otros mercados, como el de los videojuegos, en el que las cifras de venta van evolucionando desde las del Halo 3 u otros grandes lanzamientos (80-20) a las de apps como Angry Birds (larga estela).

En el mercado del libro la evolución lleva mucho tiempo gestándose. La aparición de los paperbacks, de hecho, fue un paso importante; e igual que en su momento las editoriales no lo vieron claro, ahora solo ven la reducción de los beneficios en los grandes lanzamientos, no las ganancias que pueden conseguir de la inmensa mayoría de su catálogo que no son las 2 o 3 grandes novedades de cada año.

Ya llegarán. Y dentro de 50 años se escribirán artículos a sí mismos elogiándose por su clarividencia.